La red de mensajería favorita en más de 138 países anunció hace pocos días que está realizando una prueba piloto en India para transformar WhatsApp en una plataforma de pagos.
La misma permitirá no solamente realizar pagos y transacciones comerciales, sino también transferencias entre usuarios de esta. Se espera que para fines de 2020 esté disponible en todos los países.
¿Qué nos enseña esta decisión de la compañía de Zuckerberg?
En primer lugar, que debemos aprovechar al máximo el canal que el cliente prefiere para que desde allí pueda realizar todas sus transacciones. Y por supuesto, comunicarnos con él ya sea mediante texto, voz o los lenguajes que puedan desarrollarse.
Una vez más, podemos decir que el cliente es quien elige el canal y cómo utilizarlo, entonces ¿cómo no tenerlo en cuenta cuando hablamos de omnicanalidad?, en otras palabras, es el consumidor, el que traza el mapa omnicanal, solo necesitamos aprender a leerlo.
Otro de los factores es el tiempo, la tecnología también necesita el suyo. WhatsApp cumplirá 11 años en pocos días, sin embargo, podemos afirmar que su “explosión”, se produjo hace poco menos que tres años atrás. En gran medida por el contexto: factores que ayudaron, los smartphones, pero también el factor “velocidad”, “Inmediatez”, y que la plataforma fue aggiornandose a lo largo de su vida, esta es otra lección, innovar siempre.
¿De qué manera?
Incorporando funcionalidades, que estaban en sintonía con lo que sus usuarios utilizan y desearían poder hacer desde esta. Así, llegamos al tan anhelado concepto de “customer centric”, es otra de las lecciones que nos deja esta última jugada de WhatsApp, el cliente está en el centro, realmente porque ha elegido lo que desea y se pudo implementar.
En suma, los cuatro conceptos principales son: aprovechar el canal que el cliente prefiera, trazar el mapa omnicanal teniendo esto en cuenta, innovar siempre y así llegaremos al “customer centric”, sin el cual no hay experiencia del cliente que pueda tener final feliz.