El superordenador chino que desafía a Occidente: una máquina 100% nacional para la inteligencia artificial
China ha dado un paso de gigante en su carrera por la independencia tecnológica. El país asiático ha anunciado la creación de su primer superordenador con tecnología 100% china, sin ningún componente extranjero. Se trata del Central Intelligent Computing Center, una máquina diseñada para entrenar modelos de lenguaje de inteligencia artificial de gran tamaño. ¿Qué significa este logro para China y para el mundo? ¿Qué ventajas tiene este superordenador frente a los demás? ¿Qué desafíos plantea para la seguridad y la competencia global? En este artículo te lo contamos todo.
¿Qué es el Central Intelligent Computing Center y para qué sirve?
El Central Intelligent Computing Center (CICC) es el nombre del primer superordenador completamente chino. Lo ha desarrollado el operador de telecomunicaciones China Telecom y ha sido ideado expresamente para afrontar el entrenamiento de modelos de lenguaje de inteligencia artificial de gran tamaño. Estos modelos son capaces de procesar y generar textos naturales, como los que usamos en las redes sociales, los asistentes virtuales o las traducciones automáticas. Algunos ejemplos de estos modelos son GPT-3, BERT o ERNIE.
Según sus creadores, el CICC es capaz de lidiar con modelos de lenguaje de gran tamaño que aglutinan varios millones de millones de parámetros. Un parámetro es una variable que determina el comportamiento y el aprendizaje de un modelo de inteligencia artificial. Cuantos más parámetros tenga un modelo, más complejo y potente será, pero también requerirá más recursos computacionales para entrenarse y funcionar. Por ejemplo, el modelo GPT-3 tiene 175 mil millones de parámetros, mientras que el modelo ERNIE 3.0, desarrollado por Baidu, tiene 2 billones de parámetros.
El CICC no es el primer superordenador con componentes de hardware y software desarrollados en China, pero es el primero que no contiene, según sus creadores, ni una sola tecnología extranjera. Esto significa que tanto los procesadores, como la memoria, el almacenamiento, el sistema operativo y las aplicaciones son de fabricación nacional. Por el momento, no se han revelado muchos detalles técnicos sobre esta máquina, pero se especula que podría usar chips Zhaoxin KaiSheng KH-40000 con arquitectura x86-64 o la CPU de 32 núcleos 3D5000 de Loongson, con microarquitectura LoongArch basada en la arquitectura MIPS.
¿Qué implica este avance para China y para el mundo?
El desarrollo del CICC es un hito importante para China, que aspira a alcanzar la independencia tecnológica y a liderar el campo de la inteligencia artificial. El país asiático se ha propuesto como objetivo tener el 70% de sus componentes electrónicos fabricados localmente para el año 20253. Esto le permitiría proteger su desarrollo de las sanciones y restricciones que están imponiendo Estados Unidos y sus aliados, que ven con recelo el avance tecnológico y económico de China.
El CICC también es una muestra del músculo técnico y científico de China, que quiere competir con Occidente en la carrera por la inteligencia artificial. El país asiático cuenta con una gran cantidad de datos, talento e inversión en este campo, y ha logrado avances significativos en áreas como el reconocimiento facial, la conducción autónoma o la medicina. Con el CICC, China podrá entrenar y desarrollar modelos de lenguaje de inteligencia artificial más complejos y potentes, que podrían tener aplicaciones en diversos sectores y ámbitos.
Sin embargo, el CICC también plantea algunos desafíos y riesgos para la seguridad y la competencia global. Por un lado, el uso de esta máquina podría facilitar la censura, el espionaje y la manipulación de la información por parte del gobierno chino, que tiene un control estricto sobre el acceso y el uso de los datos y la tecnología en el país. Por otro lado, el CICC podría suponer una amenaza para la hegemonía tecnológica de Estados Unidos y sus aliados, que podrían perder terreno frente a China en el desarrollo y la innovación en inteligencia artificial.
¿Qué podemos esperar del futuro de los superordenadores y la inteligencia artificial?
El CICC es solo un ejemplo de la creciente importancia de los superordenadores y la inteligencia artificial en el mundo actual. Estas tecnologías tienen un gran potencial para mejorar la calidad de vida, el conocimiento y el progreso de la humanidad, pero también implican grandes desafíos éticos, sociales y geopolíticos. Por eso, es necesario que haya una regulación, una cooperación y una transparencia adecuadas para garantizar que se usen de forma responsable, segura y equitativa.
Si quieres saber más sobre los superordenadores y la inteligencia artificial, te invitamos a seguir leyendo, donde encontrarás más artículos interesantes y actualizados sobre estos temas. También puedes dejarnos tus comentarios, preguntas o sugerencias, y estaremos encantados de responderte. Gracias por tu atención y hasta la próxima.