Las estadísticas actuales muestran que el ciberdelito le cuesta a África más de 4.000 millones de dólares cada año, según Mohamed El Nemr, responsable de seguridad y lugar de trabajo moderno de Microsoft Oriente Medio, África y Mercados Emergentes. “Lo más problemático, sin embargo, es que la vulnerabilidad del continente solo está aumentando debido a las medidas de seguridad que se adoptan y que siguen siendo débiles y desactualizadas”, dijo en un artículo titulado “Economías ante el cambio: Es hora de adoptar una cultura de seguridad tecnológica”.
“Desde el inicio de la actual coyuntura vinculada a la nueva pandemia del coronavirus (covid-19), las lagunas de ciberseguridad han seguido multiplicándose y ocupando titulares de los medios”, recordó. Los ciberdelincuentes han descubierto que la actual crisis sanitaria es una gran oportunidad para atacar a empresas indefensas de forma selectiva y masiva.
Al señalar que más de mil millones de africanos tendrán acceso a Internet para 2022, El Nemr dijo que hoy en día, la tendencia es que el mundo empresarial comience a adoptar un modo de trabajo cada vez más “híbrido” (algunos empleados han optado por volver a la oficina, otros prefieren trabajar desde casa). Ante este estado de cosas, comienzan a surgir nuevos retos, especialmente para las empresas que aún no han optado por situar la seguridad en el centro de su modelo de gestión.
“Hoy y más que nunca, los empleados que trabajan de forma remota deben empezar a estar equipados y preparados para hacer frente al ‘ciber fraude’ de todo tipo”, subrayó. Las empresas de todos los sectores están comenzando a afrontar una nueva normalidad. Sus estrategias de seguridad interna deben basarse ahora en dos componentes importantes.
Es en primer lugar la concienciación que se debe llevar a cabo de arriba a abajo y se debe articular sobre la importancia de la seguridad y su impacto en la empresa. El segundo aspecto debe relacionarse con la necesidad de invertir en tecnologías correctas y seguras, que permanezcan accesibles para cada miembro del personal. Estos dos elementos son los ingredientes mismos de la intensidad tecnológica de una empresa. Condicionan la forma en que una empresa logra adoptar las últimas tecnologías y las integra en su estilo de gestión, así como la forma en que cualquier empresa logra construir su propia capacidad digital.
“Dada la pandemia actual, lo que está en juego podría incluso ser mucho mayor que antes”, advirtió en referencia a lo que cuesta el ciberdelito. Si bien algunas empresas son incapaces de superar la crisis actual, otras por otro lado están perfectamente equipadas para hacer frente a los acontecimientos más imprevisibles. El funcionario también citó una encuesta realizada por Gallagher en 2020 que revela que alrededor del 60% de las violaciones de datos son causadas por errores humanos (muchos empleados son víctimas de correos electrónicos de phishing potencialmente peligrosos porque consultar sin ninguna protección).