Funcionan en la ciudad mexicana de Tijuana, call centers para deportados procedentes de los Estados Unidos.
El incremento de los call centers en Tijuana está asociado directamente al auge de las deportaciones de ciudadanos mexicanos que pasaron años viviendo en Estados Unidos, y es que los centros de llamadas son justamente la mejor opción de trabajo para quienes deben forzosamente volver a empezar.
“Para los deportados, los centros de llamadas son el mejor trabajo posible que se les ocurra”, expresa Richard Ávila, quien contaba con 56 años de edad cuando fue deportado desde Los Angeles – California a Tijuana en México.
Además afirma Ávila, que el trabajo en un call center es mejor remunerado que el trabajo en una maquila, y tener teleoperadores que se destaquen hablando inglés con fluidez es un plus mejor apreciado en el call center que en las ciudades estadounidenses donde estuvo.
En los últimos 20 años el número de call centers en Tijuana ha pasado de aproximadamente 10 a más de 60, lo cuales en su gran mayoría cuentan entre su personal a deportados como Ávila, dijo José Salvatierra, un reclutador con más de 16 años de experiencia en el sector.
De acuerdo a la opinión de Salvatierra: “Tijuana se ha convertido en el nuevo Bombay”, dado que India es conocida como la capital de los call centers en el mundo por su disponibilidad de anglo parlantes con acento neutral y bajos salarios. No obstante, para el referido reclutador “India ya no es la primera opción”, cuando se trata de comparar ventajas respecto a Estados Unidos.
Ventajas comparativas de los deportados
Los deportados conocen la cultura estadounidense, por lo que tienen un plus difícil de igualar que pueden usar para fidelizar a los clientes, atender prospectos y por supuesto cerrar ventas. Un deportado puede establecer una buena relación con los clientes estadounidenses, hablar del Super Bowl, la NBA o la Major League Baseball con la fluidez de un “americano”.
Sin duda la situación en principio adversa que implica el ser deportado, de alguna manera es compensada en los Call Centers de Tijuana, como en Redial BPO, empresa en la que 90% de los teleoperadores son deportados.