Quizás, la imagen más gráfica (y por ello) potente del flagelo que involucra el robo de cables, la haya ofrecido la Asociación Chilena de Telecomunicaciones (ChileTelcos) cuando en agosto de 2022 estimó que, a ese momento del año, ya se habían vandalizado más de 725.000 kilos de cable de telecomunicaciones. Una capacidad gráfica que solo se completa si se piensa en la persona que, producto de ese vandalismo, se quedó desconectada.
Movistar Chile declaró haber sufrido 22.000 hechos de robo de cables a lo largo de 2022, lo que representa algo así como 60 sucesos diarios… y que significan un incremento del 85% frente a los padecidos en 2021. Datos, a los que ChileTelcos sumó su estimación: unas dos millones de personas fueron afectadas por la desconexión que involucró el hurto de la infraestructura.
La Región Metropolitana fue la que más episodios registró, al superar los 15.000; seguido por Valparaíso, con más de 1.500; Biobío y O’Higgins, con más de 1.100, cada uno; y Antofagasta, con más de 620 y en los que, además, de incrementarse el porcentaje de sucesos, se afecta a las poblaciones más vulnerables. Por ejemplo, en O’Higgins y Biobío, se incrementaron en un 200% y 120%, respectivamente, en la comparación interanual.
En palabras de Natalia Fuentes, gerenta del área Seguridad de Movistar Chile: “El aumento de este delito nos preocupa no sólo como compañía sino como sociedad, porque ocurre a lo largo de todo Chile y con mayor presencia en las zonas más vulnerables del país, que es precisamente donde nos enfrentamos al desafío de reducir la brecha digital (…) Por esto es tan relevante generar conciencia, fomentar la denuncia por parte de la ciudadanía y también continuar con nuestras medidas de seguridad y acciones legales en contra de los responsables”.
Al respecto, Alfie Ulloa, presidente ejecutivo de Chile Telcos, sostuvo que “en 2022 aumentó fuertemente el cablazo, con un enorme impacto en nuestros clientes, tanto personas como empresas e instituciones. Las bandas delictuales dedicadas al contrabando de cobre se han extendido a nuevas regiones y han intensificado los delitos”, y precisó que la industria presentó cerca de 5.000 querellas a lo largo del año para contrarrestar esta práctica.
En su comunicado, el operador advierte que “una de las medidas que ayudan a desincentivar este delito es el retiro del cobre, a través de la migración a tecnologías superiores y con mejores prestaciones como la fibra óptica, que no tiene valor comercial en su reventa ilegal, y que está presente por parte de empresas como Movistar Chile en 130 comunas del país y en más del 95 por ciento de su parque de Internet hogar”.