Ser líder no era una tarea fácil y ahora se sumó un nuevo desafío: el liderazgo a la distancia sobre equipos que están realizando home office.
¿Por qué hablamos de desafío?
Porque durante más de un siglo se creyó que la presencia del líder o la del jefe (no son lo mismo) era necesaria o casi imprescindible para que las personas cumplieran su trabajo. En otras palabras, su función era casi de control. No en vano, el proverbio “el ojo del amo, engorda el ganado”.
Por otra parte, desde el lado de los colaboradores, también hemos visto como su comportamiento contribuía a sostener esa creencia. Puesto en acción mediante filas en el box del supervisor para consultar cosas que ellos mismos podían resolver, incumplir minutos en los tiempos del break, y otras conductas que evidenciaban la funcionalidad a este tipo de liderazgo.
Sin embargo, cabe aclarar que el liderazgo es una operación simbólica y como tal no requiere la presencia física del líder, porque este está internalizado. Prueba de esto, son los líderes históricos, nunca los conocimos, sino a través de su obra, sin embargo, algunos tienen influencia en nuestro sistema de creencias.
La pandemia
De repente irrumpe el COVID -19 y nos obliga a cambiar las reglas conocidas, entre ellas implementar teletrabajo y un nuevo liderazgo, con el desconcierto que esto trae y sumado al contexto. Ahora bien, aunque no existe un manual para convertirse en “líder remoto”, contamos con la experiencia de otras personas que, en diferentes segmentos y muchas veces por cuestiones geográficas ya gestionaban equipos a la distancia.
¿Qué nos señalan como importante?
En primer lugar, mantener la comunicación fluida con el equipo, programar al menos una reunión breve al inicio y al final de cada jornada. Algo que hoy en día la tecnología nos facilita con distintas herramientas como plataformas de reunión que nos permiten hacerlo de manera sencilla.
Objetivos
Los objetivos tienen que ser más claros y específicos ya que gran parte de la jornada laboral la persona tendrá que autogestionarse. Entonces necesita comprender qué se espera de su labor. Y en este último punto, la autogestión es fundamental aquí tenemos que hacer hincapié, porque el home office requiere de mucha capacidad de autogestión, tanto para realizar el trabajo como para automotivarse.
Por eso es importante, que el líder ayude a quienes necesitan desarrollar este skill. Una de las formas es permitir que el propio colaborador se autoevalúe ya sea por mail o en las reuniones virtuales, luego reforzar los aspectos positivos y finalmente intervenir con alguna recomendación consensuada. Siempre en esta secuencia, porque lo que necesitamos es que la persona adquiera seguridad en sí misma, de eso se trata la autogestión.
Finalmente, el coaching, que a la distancia pierde la riqueza del lenguaje corporal, y la proximidad. Es algo que también deberemos reformular y aprender cuál es la mejor manera para que cada persona se sienta contenida. Por eso, en esta etapa de distancia lo más importante para mantenernos cerca: es el diálogo, preguntar, escuchar y aprender que existen otras formar de liderazgo, también a la distancia.
Fuente: www.callcenternews.com.ar