Los operadores de telecomunicaciones europeos reunidos en la European Telecommunications Network Operators Association (ETNO) acaban de difundir un comunicado titulado “Edge Cloud y el desarrollo de capacidades estratégicas en el contexto político de la Unión Europea sobre la nube”, con el objetivo de plantar bandera en términos técnicos, pero también políticos y de negocio sobre su rol en la existencia y funcionamiento de la nube.
El trabajo recuerda que el contexto de pandemia puso de relieve la importancia de que la red sea “confiable y segura”, que “los servicios en la nube forman una parte crítica de la infraestructura que permite el buen funcionamiento de nuestras economías y sociedades en un mundo cada vez más digitalizado” y que contar con una “infraestructura en la nube segura y de última generación (…) se volvió un objetivo político crucial para apoyar las ambiciones digitales”, de la Unión Europea (UE).
Se asegura que Europa es competitiva en la generación de datos industriales, por ejemplo, de Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) pero advierte que dicho almacenamiento y procesamiento se queda en manos de empresas no europeas, “basadas en una infraestructura de la que los proveedores europeos tienen solo una parte marginal”. Si, la soberanía de los datos entra en juego en el debate.
El balance publicado recuerda el reclamo formulado hace casi un año y al realizado por la Asociación Europea de Intercambio de Internet (Euro-X) hace semanas. Para sumar argumentos, ahora, se cita la revisión de mercado realizada en el marco de la Estrategia Industrial de la Unión Europea, en 2021, en la que se señala que “el mercado de infraestructura de nube pública está convergiendo a nivel mundial alrededor de cuatro grandes empresas no europeas”, que representan más del 80% de los ingresos globales de aquel año. Y recuerda que, aunque existan -inclusive- miembros de ETNO que provean este tipo de servicios “su capacidad para desafiar a los proveedores de nube de hiperescala es limitada”.
Y esa limitación es calificada como “desafíos estructurales que han demostrado ser difíciles de superar”, al tiempo que pincela el escenario: déficit de inversión, estimado de 11.000 millones de euros al año; distribución desigual de los efectos de red como resultado de las ventajas de escala de la hiperescala; plataformas que atraen comunidades de desarrolladores; prácticas comerciales utilizadas por proveedores de nube dominantes que inhiben, por ejemplo, recurrir a otro proveedor; paquetización de servicios, prácticas de concesión de licencias discriminatorias, falta de interoperabilidad y conmutación de datos, entre otros aspectos.
Dice el documento: “Como consecuencia de estos y otros factores, existe una considerable concentración del mercado en torno a unas pocas plataformas dominantes (principalmente Microsoft, Google, Amazon Web Services) y con ello una importante dependencia de tales plataformas que es poco probable que cambie sin la intervención regulatoria”, y subraya que “los responsables políticos en Europa han declarado que la nube debe considerarse una tecnología de interés estratégico, lo que significa que tales desequilibrios no deben dejarse sin abordar”
“A la luz de estos desafíos persistentes y el rol estratégicamente crítico de los servicios en la nube, los formuladores de políticas han centrado sistemáticamente su atención en el mercado de la nube, lo que ha dado lugar a la aparición de una primer conjunto completo de regulaciones dirigidas a los servicios en la nube en la UE”, dice y repasa las iniciativas regulatorias presentadas por la industria, la Comisión Europea y los Estados miembros de la UE, vinculadas al desarrollo de capacidades de esta región, abordar la cuestión de la seguridad y la soberanía de los datos, los mercados y la sostenibilidad. “Si bien difieren en alcance y ambición, todos contribuyen al objetivo de construir un mercado de la nube más competitivo y sostenible en Europa”, agrega.
La misiva aspira a que Europa “consiga dar un salto tecnológico y lidere la transición hacia entornos edge de la nube, interoperables y federados” y asegura que se trata de una iniciativa respaldada, por ejemplo, con un compromiso de inversión de alrededor de 10.000 millones de euros en edge y otras tecnologías en la nube. “Una parte importante de estos fondos se canalizará a través del IPCEI Cloud and Infrastructure Services (IPCEI CIS), que actualmente está siendo preparado por los Estados miembros de la UE en cooperación con la Comisión Europea.
“Además, empresas europeas de los sectores de las TIC y las telecomunicaciones desarrollaron una hoja de ruta tecnológica en la nube y el perímetro, que se presentó al comisario Breton en mayo de 2021” dice y subraya que se trata de un camino que se busca apalancar con inversión privada también, que se está configurando en el marco de European Alliance on Industrial Data, Cloud and Edge, y que se publicará, dice, a principios de 2023.
En esa enumeración de apuestas, agrega que varios miembros de ETNO están contribuyendo a dicha tarea y que la Comisión Europea fijó el objetivo de desplegar al menos 10.000 nodos de borde a lo largo de la región hacia 2030 para que garanticen el acceso a los servicios de datos con baja latencia en todo el territorio.
“Los miembros de ETNO apoyan el objetivo de la neutralidad climática, ya que es crucial que la industria de datos contribuya a la misión del Pacto Verde Europeo”, dice en sus últimas líneas el documento, en relación al acuerdo establecido en 2020 para llevar a la región europea a un estado climáticamente natural hacia 2050. Recuerda, en este sentido, que definió los indicadores y los requisitos de sostenibilidad para centros de datos pero advirtió que “no hay una talla única para todos” y que “se debe evitar la creación de centros de datos más pequeños en beneficio de la escala para permitir la innovación y las formas distribuidas de procesamiento de datos”.