Cuando hablamos de Big Data, hablamos de una mezcla de matemáticas, estadísticas y tecnología, que se ha convertido en protagonista en los últimos años en todos los sectores económicos, sociales, gubernamentales, educativos e incluso artísticos.
Se trata de un mercado que en el año 2011 alcanzó un valor mundial de 7.6 billones de dólares, de acuerdo a Statista.
Este año se estima crezca hasta 70 billones de dólares y en 2027 alcance un crecimiento hasta de los 103 billones de dólares.
La Universidad ISEP de México, compartió el actual panorama que vive el mercado de Big Data en Latinoamérica.
En la región se estima que esta industria crecerá un 10% en 2023, veamos el desglose:
- Brasil por sí solo acumula 46.7% de las ventas generadas por el Big Data.
- México le sigue con 26.7%.
- Colombia, 7.9%.
- Chile, 6.9%.
- Argentina, 5.6%.
- Perú, 2.4%.
En palabras de Nayeli Pérez Tamayo, rectora de la Universidad ISEP México: “En la región se da un panorama donde tanto las empresas, gobiernos e individuos que inviertan en la construcción y expansión de sus conocimientos en Big Data, podrán capitalizar las oportunidades de un mercado poco saturado y asegurar con ello su éxito futuro”.
El mayor crecimiento de Big Data ocurre en las pequeñas y medianas empresas debido a que presentan crecimientos superiores a organizaciones que no lo son cuando aplican Big Data.
El interés de las organizaciones se está moviendo a la recolección, almacenamiento y análisis de datos no estructurados que son los que -en forma de email, comentarios en redes sociales, artículos y documentos- presentan información de interés para sectores como el retail, las telecomunicaciones, la banca y los seguros, para así llegar a conocer mejor a sus clientes y ofrecerles mejores experiencias y más exclusivas.
“Big Data, Business Intelligence, Internet de las cosas, robótica, inteligencia artificial, metaversos, trabajo remoto, son algunos de los términos que desde ya comienzan a dominar la demanda profesional y por los que cualquier profesional aspirando actualmente a una mejora e impulso profesional debería iniciar cuanto antes una formación de cuarto nivel en estas áreas”, concluyó Tamayo.