El potencial de la nube híbrida radica en su capacidad para integrar distintos modelos y tecnologías, es por ello que el sistema que combina plataformas cloud y on premise está ganando adeptos.
Este modelo con gran potencial está concentrando la atención de los implicados en la gestión de la infraestructura TI como la alternativa que ofrece flexibilidad y cobertura en un amplio número de casos, con posibilidades de adaptación y costos razonables.
El argumento en contraflujo sigue siendo la protección de datos, la seguridad, que muchas veces se prefiere garantizar con entornos locales.
No obstante, la cloud híbrida se erige como una de las tendencias más comentadas en el sector. Así lo certifica la firma de análisis GlobalData, que sitúa a esta tecnología en primera posición, con un 48% de las menciones, seguida por el multicloud con 36%, 13% para la nube pública 13%, y 3%, la nube privada.
Brad Shimmin, el director de servicios de la empresa de análisis asegura que: “Dentro de las áreas de mercado en rápida evolución como la transformación digital, la nube ya no se ve como un punto final o destino final; es más bien solo un aspecto de un continuo de recursos más amplio que combina cargas de trabajo en la nube privadas, perimetrales y públicas en un todo transparente, optimizado y confiable”.
Sobre los formatos de integración hay prácticamente igualdad entre los que mantienen mayor carga en la TI tradicional y los que lo hacen en la nube: para el 45% la parte de infraestructura clásica es mayor, mientras que para el 44% las cargas de trabajo se han desplazado mayoritariamente a la nube.
Además, 11% se ha pasado ya de forma casi completa a este escenario. En el informe, España se configura como el país con menor carga en la nube, con dos tercios de los participantes que emplean de forma mayoritaria la TI tradicional.