La escritura generada por robots parece ser la próxima gran novedad
Una de las mayores tendencias en el aprendizaje automático en este momento es la generación de texto. Los sistemas de inteligencia artificial aprenden absorbiendo miles de millones de palabras extraídas de Internet y generan texto en respuesta a una variedad de indicaciones. Suena simple, pero estas máquinas se pueden utilizar para una amplia gama de tareas , desde crear ficción hasta escribir código incorrecto o permitirte conversar con personajes históricos.
El generador de texto de IA más conocido es el GPT-3 de OpenAI, que la compañía anunció recientemente que ahora está siendo utilizado en más de 300 aplicaciones diferentes, por “decenas de miles” de desarrolladores, y produce 4.500 millones de palabras por día. Eso es mucha palabrería de robots . Este puede ser un hito arbitrario para que lo celebre OpenAI, pero también es un indicador útil de la escala, el impacto y el potencial comercial crecientes de la generación de texto con IA.
OpenAI comenzó su vida como una organización sin fines de lucro, pero durante los últimos años, ha estado tratando de ganar dinero con GPT-3 como su primer producto vendible. La compañía tiene un acuerdo de exclusividad con Microsoft que le da al gigante tecnológico acceso único al código subyacente del programa, pero cualquier empresa puede solicitar acceso a la API general de GPT-3 y construir servicios sobre ella.
NINGUNA EMPRESA SE BENEFICIARÁ MÁS DEL ASCENSO DE GPT-3 QUE LA PROPIA OPENAI
Como OpenAI desea anunciar, cientos de empresas están haciendo exactamente esto. Una startup llamada Viable está utilizando GPT-3 para analizar los comentarios de los clientes, identificando “temas, emociones y sentimientos de encuestas, tickets de la mesa de ayuda, registros de chat en vivo, reseñas y más”; Fable Studio está utilizando el programa para crear diálogos para experiencias de realidad virtual; y Algolia lo está utilizando para mejorar sus productos de búsqueda web que, a su vez, vende a otros clientes.
Todo esto es una buena noticia para OpenAI (y Microsoft, cuya plataforma de computación en la nube Azure impulsa la tecnología de OpenAI ), pero no todos en la tierra de las startups están interesados. Muchos analistas han notado la locura de construir una empresa con tecnología que en realidad no posee. Usar GPT-3 para crear una startup es ridículamente simple, pero también será ridículamente simple para sus competidores. Y aunque hay formas de diferenciar su inicio de GPT a través de la marca y la interfaz de usuario, ninguna empresa puede ganar tanto como con el uso de la tecnología como la propia OpenAI.
Otra preocupación sobre el auge de los sistemas de generación de texto se relaciona con cuestiones de calidad de salida. Como muchos algoritmos, los generadores de texto tienen la capacidad de absorber y amplificar sesgos dañinos . También suelen ser asombrosamente tontos. En las pruebas de un chatbot médico construido con GPT-3, el modelo respondió a un paciente “suicida” animándolo a suicidarse . Estos problemas no son insuperables, pero ciertamente vale la pena señalarlos en un mundo donde los algoritmos ya están creando arrestos erróneos , calificaciones escolares injustas y facturas médicas sesgadas .
Sin embargo, como sugiere el último hito de OpenAI, GPT-3 solo seguirá hablando, y debemos estar preparados para un mundo lleno de charlas generadas por robots.
Fuente: www.theverge.com
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