La Unión Europea y Estados Unidos firmaron un acuerdo sobre Inteligencia Artificial orientado a abordar los desafíos globales que hoy se evidencian a nivel de cambio climático, desastres naturales, salud, energía y agricultura.
El convenio fue sellado el pasado 27 de enero por el Departamento de Estado de Estados Unidos, y por la Dirección General de Redes, Comunicaciones, Contenido y Tecnología (DG Connect) de la Comisión Europea, y lleva el nombre de “Acuerdo Administrativo sobre Inteligencia Artificial para el Bien Público”.
Se basa en los principios establecidos en la Declaración para el Futuro de Internet y los puntos que ambos actores comparten a nivel de intereses y valores vinculados con el uso de tecnologías digitales emergentes. Lo que se acordó deberá ser implementado, en primer lugar, por las instituciones y agencias relevantes tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea.
Esto se da en un escenario en el que la Unión Europea debe definir por estos días qué hará con el pedido de las grandes operadoras de telecomunicaciones para convertirse en un joint venture publicitario, además de determinar si las grandes compañías digitales, como Google, estarán obligadas a hacerse cargo de parte de las inversiones de infraestructura de telecomunicaciones.
No obstante, Thierry Breton, comisario de Mercado Interior de la Unión Europea, destacó el acuerdo y señaló que la iniciativa fortalece la cooperación entre ambos bloques en Inteligencia Artificial y computación para abordar los problemas globales. Aseguró, además, que “sobre la base de valores e intereses comunes, los investigadores de la UE y los EE.UU. unirán fuerzas para desarrollar aplicaciones sociales de IA y trabajarán con otros socios internacionales para lograr un impacto verdaderamente global”.
En el comunicado distribuido por la Unión Europea se recuerdan los desastres naturales que vienen asolando a distintas partes del mundo como consecuencia del cambio climático y la destrucción a nivel social y económico que provocan. Con una mirada optimista aseguran que la IA permitirá predecir algunas de esas catástrofes como también habilitar modelos de simulación que permitirán preparar nuevas respuestas ante emergencias.
El poder de la IA, sumado al de la computación, generará impactos positivos a la hora de diseñar aplicaciones vinculadas con la industria agraria, por las eficiencias y sostenibilidad que se produciría a nivel de los suelos, la mejora de los rendimientos, los comportamientos de aves s insectos y las distintas cuestiones relativas a siembra, riego, uso de pesticidas y fertilizantes, cierres de ciclos y demás.
Sin embargo, en una parte subraya que “La IA ya está impulsando la investigación médica, el diagnóstico y el tratamiento y, si bien la reciente pandemia ha reforzado la necesidad de un enfoque verdaderamente global, también ha resaltado la división entre países”. Es decir, marca la distancia que, en temas de políticas orientadas a mitigar emisiones de carbono y demás comportamientos sustentables y sostenibles existen a un lado y otro del Atlántico.
Tal vez por eso, al finalizar, también plantea la necesidad de la cooperación relativa a hallazgos y recursos como socios internacionales “que comparten valores comunes pero que carecen de capacidades relevantes para ayudarlos a manejar tales emergencias y desafíos”. Emergencias y desafíos que requieren, además de acuerdos, políticas y ejecuciones coherentes, más allá de lo estrictamente tecnológico, aún cuando este factor no es menor en los tiempos actuales.
No es el primer movimiento en el sector. Hace un año, la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT) había presentado, justamente, una plataforma de IA orientada al desarrollo de soluciones para el interés común, a tono con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La Inteligencia Artificial se llevará la agenda de esta década porque, más allá de los beneficios que promete y que podrían ya estar vislumbrándose, también presenta muchos más desafíos y riesgos. Tal vez muchos más por el contexto geopolítico en que se da este proceso histórico.