¿Te imaginas tener una batería que pueda durar 15 años, que se cargue en 10 minutos y que no tenga riesgo de incendiarse? Eso es lo que prometen las baterías de litio-metal, una tecnología innovadora que ha sido desarrollada por investigadores de la Universidad de Harvard. Estas baterías podrían cambiar el futuro de la movilidad eléctrica, el almacenamiento de energía y los dispositivos electrónicos.
¿Qué son las baterías de litio-metal y cómo funcionan?
Las baterías de litio-metal son un tipo de baterías de estado sólido, es decir, que no usan líquidos como electrolitos, sino materiales sólidos. Esto las hace más estables, compactas y ecológicas que las baterías convencionales de iones de litio, que usan ánodos de grafito y electrolitos líquidos.
El principal componente de las baterías de litio-metal es el ánodo de metal de litio, que tiene una capacidad diez veces mayor que el grafito1. Esto significa que puede almacenar más energía en menos espacio, lo que se traduce en una mayor autonomía para los vehículos eléctricos, por ejemplo.
Sin embargo, el ánodo de metal de litio también tiene un gran inconveniente: la formación de dendritas. Las dendritas son estructuras filamentosas que crecen en la superficie del ánodo cuando la batería se carga y se descarga. Estas estructuras pueden perforar el electrolito y provocar un cortocircuito o un incendio.
Para evitar este problema, los investigadores de Harvard han diseñado una batería multicapa que incorpora partículas de silicio en el ánodo2. Estas partículas restringen la reacción de litio en la superficie y evitan que las dendritas penetren más profundamente. Además, el metal de litio se envuelve alrededor de la partícula de silicio, creando una superficie homogénea que favorece el plaqueo y desplaqueo de litio.
¿Qué ventajas tienen las baterías de litio-metal para los usuarios?
Las baterías de litio-metal tienen varias ventajas que las hacen más atractivas que las baterías actuales de iones de litio. Algunas de estas ventajas son:
Las baterías de litio-metal pueden cargarse y descargarse al menos 6.000 veces, manteniendo el 80% de su capacidad2. Esto supone una vida útil de unos 15 años, mucho mayor que la de las baterías convencionales, que se degradan después de unos 1.000 ciclos.
Las baterías de litio-metal pueden recargarse en cuestión de minutos, gracias a la rápida reacción de litio en la superficie del ánodo. Esto permite acceder a cargas ultrarrápidas, que podrían reducir el tiempo de carga de un vehículo eléctrico a unos 10 minutos, similar al de un vehículo de combustión.
Las baterías de litio-metal son más seguras que las baterías de iones de litio, ya que no tienen riesgo de fuga, inflamación o explosión. Esto se debe a que usan electrolitos sólidos, que son más estables que los líquidos, y a que evitan la formación de dendritas, que son la principal causa de los fallos térmicos.
Las baterías de litio-metal son más ecológicas que las baterías de iones de litio, ya que usan menos materiales y recursos. Además, al tener una mayor vida útil, reducen la generación de residuos y la huella de carbono.
Las baterías de litio-metal, el futuro de la energía
Las baterías de litio-metal son una tecnología innovadora que ha sido desarrollada por investigadores de la Universidad de Harvard. Estas baterías tienen una capacidad diez veces mayor que las baterías convencionales de iones de litio, lo que les permite almacenar más energía en menos espacio. Además, son más duraderas, rápidas y seguras que las baterías actuales, lo que las hace ideales para la movilidad eléctrica, el almacenamiento de energía y los dispositivos electrónicos.
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