Los centros de datos están llenos de servidores que permiten almacenar archivos, enviar mensajes y comprar y jugar en línea.
Todas estas interacciones o actividad consume mucha energía y genera calor, y puede provocar sobrecalentamiento, afectando el rendimiento y la confiabilidad de los servidores.
Un centro de datos promedio usa tanta agua como una ciudad con una población entre 30.000 a 40.000 habitantes.
No obstante, existen algunos centros de datos de Microsoft que utilizan refrigeración adiabática, que depende del aire exterior para enfriar las temperaturas interiores.
El reto para quienes poseen centros de datos es ser viables ambientalmente hablando, esto supone estrategias como la reducción de las emisiones de dióxido de carbono y el uso de ingentes cantidades de agua para el enfriamiento.
Esta tarea es vital si se quiere sostener la creciente demanda de los servicios en la nube que supone alrededor de 50 a 100 centros de datos al año.