Teléfonos tontos, teléfonos con funciones básicas, estúpidos teléfonos, detrás de estos nombres poco elogiosos se esconden los móviles de la vieja generación, como el Nokia 3310 de culto, que han vuelto con fuerza a los bolsillos de los nostálgicos y entusiastas de la desintoxicación digital desde el inicio de la pandemia del Covid-19.
El atractivo de lo antiguo ya no se limita al mundo de la moda y ahora se extiende al mercado de la telefonía. Mientras que algunos optan por estos teléfonos sacados directamente de otra época por razones estéticas, otros cambian sus Smartphone por tecnologías desconectadas para escapar de la ultra conexión digital actual.
Una manía que se refleja en las cifras del mercado de los llamados teléfonos tontos, como destaca un informe de la empresa de análisis Counterpoint que indica que se vendieron mil millones de teléfonos tontos en todo el mundo entre 2019 y 2022. Otras ventajas de los teléfonos son su facilidad de uso, su robustez, pero también su legendaria duración de la batería.
Nokia es probablemente la primera marca que nos viene a la mente cuando pensamos en esos teléfonos básicos que los menores de veinte años no pueden conocer. La marca finlandesa de telecomunicaciones se anticipó a la demanda actual desvelando en 2017, una nueva versión de su imprescindible Nokia 3310 que incluía el icónico juego Snake. Una reedición que no es necesariamente unánime ya que el modelo se ha actualizado con un diseño más redondeado y unas características técnicas que dejan que desear según los usuarios.
En Marruecos, los teléfonos fijos son utilizados principalmente por los niños y las personas mayores para un uso sencillo. Sin embargo, la tendencia de los ancestros de los teléfonos inteligentes está ganando poco a poco impulso con el regreso de los teléfonos clamshell y otros modelos con diseño antiguo.
En cuanto al presupuesto, los precios comienzan en 120DH para los modelos más básicos, sin superar los 1000 DH para los más sofisticados.