La transformación digital en las empresas es una tarea complicada debido a las múltiples facetas que tiene que tomar y cómo afecta esto a las dinámicas de la organización.
Por su parte, Iván Amezcua, gerente comercial de la compañía de telecomunicaciones y tecnologías de la información, Gtd Colombia, hizo un acercamiento sobre esas falsas ideas o mitos que surgen en las empresas sobre los procesos de digitalización e implementación de estrategias de transformación digital.
Definición de TD
Ayuda a las empresas a sobreponerse a grandes retos creados por la convergencia de los mundos físico, digital y humano.
Es una estrategia amplia aplicable a todas las industrias y diseñada para resolver problemas de negocio (grandes y pequeños) y acceder a nuevas oportunidades a través del uso de la tecnología.
Es clave la tecnología
El proceso involucra tecnología, pero estas son herramientas o “palancas” para acceder a un objetivo mayor.
La TD nace de la intención real y profunda de generar estrategias basadas en la identificación y generación de valor de negocio o valor comercial; y la implementación de una tecnología acompañada de iniciativas culturales, de procesos y centradas en los usuarios.
No tiene valor tangible
El ejercicio de la transformación digital debe impactar métricas reales: ingresos, costos, márgenes, interacción con el cliente, retención, LTV y, por consiguiente, impactar el negocio de manera positiva.
A quién está dirigida
Aunque el dueño del negocio o el CEO es el líder, este debe tener una visión clara de en qué quiere que se convierta su negocio al final de la transformación y ser capaz de articular todas las iniciativas en pro de ese objetivo.
Debe ser la persona con la visión de negocio más completa y la fundamental para liderar el cambio. Pero además, esta persona tiene que ser el único proponente de digitalización, estos deben venir de manera vertical tanto de arriba para abajo como de abajo para arriba y los proyectos deben ser transversales.
Invertir en analítica
Cuando se logra definir e identificar cuál es el valor de los datos y qué tan valiosos son los procesos digitales, se debe protegerlos con todos los recursos que se tengan al alcance.
Es en este momento es cuando se debe invertir en la infraestructura de comunicaciones, TI y Centros de Datos que permitan proteger la generación de valor y garantizar la sostenibilidad del negocio a largo plazo.
Cómo se logra el éxito
En realidad, intentar hacer esta transformación tratando de implementar todo al mismo tiempo aumenta el riesgo de fallar. Se debe priorizar e ir primero por aquellos cambios que me generan el impacto que se busca y que resuelven los problemas que la compañía considera más relevantes de solucionar.
La transformación digital es rápida
Va a ser un viaje largo y tortuoso. Se vivirán altos y bajos que generaran muchas dudas y disrupciones en el camino. Se llegará a un proceso de aprendizaje, en donde cada nueva iniciativa de transformación impactará de manera transversal cada compañía generando en su paso resistencias al cambio nunca experimentadas.
La TD ampliará la desigualdad
La habilidad que tiene la tecnología de sacar de la pobreza a regiones enteras o grupos socioeconómicos es enorme. Sin embargo, se debe tener en cuenta que toda revolución industrial sucede porque se generan eficiencias importantes en los sistemas de producción y en la manera en que se hacen las cosas.
Sí, mucha fuerza laboral terminará siendo desplazada, pero con ello, crecientes oportunidades de desarrollo y nuevas oportunidades de evolución.
La TD es opcional
En la transformación digital, y en especial en esta época de pandemia, las compañías deben evitar ser muy ambiciosas en cuanto a sus transiciones al mundo digital.
La idea es intentar llevar los procesos de interacción con el cliente o entre empleados a plataformas digitales, que solucionen la problemática y funcionen como se está previsto.
Se debe evitar rediseñar completamente estas experiencias con interacciones que no nos sean familiares. Se trata de digitalizar y potenciar el valor ya preexistente.
Todas las empresas pueden hacer parte de la Cuarta revolución, sin importar el tamaño. Lo importante es reconocer cuáles son las tecnologías adecuadas para mejorar los procesos internos y externos.