Nokia coordinará la segunda fase del proyecto europeo Hexa-X, lanzado en 2020 para impulsar el liderazgo europeo en el desarrollo de la tecnología móvil de sexta generación (6G).
La nueva fase, denominada Hexa-X-II será financiada por la Comisión Europea (CE), tendrá como objetivo la creación de una plataforma preestandarizada que sirva de base para la futura normalización de la tecnología 6G.
Además de Nokia, que también fue la encargada de coordinar la primera fase del proyecto, participarán en esta iniciativa 43 destacadas empresas tecnológicas, teleoperadoras, universidades y centros de investigación europeos.
Entre ellos figuran la compañía sueca Ericsson, la alemana Siemens, las operadoras Telefónica y Orange y las universidades Carlos III de Madrid, Aalto University (Finlandia) y las politécnicas de Pisa y Torino (Italia).
Se puede leer en el comunicado de Nokia: “Este es el próximo paso significativo para reunir a los principales actores de esta industria en Europa. El objetivo de Hexa-X y Hexa-X-II es convertir a Europa en líder del 6G.”
La segunda fase del proyecto estará centrada en desarrollar la innovación radioeléctrica, los futuros dispositivos y la infraestructura flexible, la gestión de redes inteligentes y el propio ecosistema.
En palabras de Peter Vetter, jefe de investigación de Nokia Bell Labs: “En la era 6G, los mundos digital, físico y humano estarán mucho más integrados. Nuestros objetivos deben reflejar este nivel de integración e interdependencia. Es esencial que tengamos en cuenta el contexto más amplio al imaginar la nueva red”.
Según Vetter, la importancia de las redes de telecomunicación y del 6G no hará sino aumentar a medida que se conecten miles de millones de personas y dispositivos más, los núcleos urbanos sigan creciendo y haya una mayor escasez de energía y materias primas.
La sostenibilidad, la inclusión social y la confiabilidad serán, según Nokia, los tres principales retos a los que se enfrenta el proyecto Hexa-X-II.
Por ello, este consorcio centrará sus esfuerzos en desarrollar tecnologías que contribuyan a eliminar las emisiones de carbono y reduzcan lo máximo posible el consumo de energía y materiales.
Al mismo tiempo, buscará ofrecer conectividad a los países en vías de desarrollo y a las personas menos favorecidas en las naciones desarrolladas y tratará de garantizar la seguridad y la privacidad de los datos.
Está previsto que esta segunda fase del proyecto europeo del 6G empiece a rodar a partir del 1 de enero de 2023 y tenga una duración de dos años y medio.