Los teléfonos móviles se encuentran en la mira de los ciberdelincuentes, para quienes estos dispositivos son una vía de entrada de las ciberamenazas, motivado a que siempre están en manos de sus propietarios.
Adicionalmente, los smartphones generalmente no tienen paquetes de seguridad y de protección instalados como las computadoras.
Existen programas de malware diseñados específicamente para atacar los móviles, los cuales consiguen camuflarse como una aplicación legítima para robar los datos (bancarios por ejemplo) desde sus dispositivos.
Seún datos de la multinacional del sector Entelgy, especializada en nuevas tecnologías y ciberseguridad, los ataques de ransomware han sido los más predominantes en 2021 y volverán a serlo este año.
Estos datos ponen de relieve la importancia del phishing y los ataques DDoS que persiguen inhabilitar un servidor, un servicio o una infraestructura para que deje de funcionar correctamente.
Las filtraciones, las brechas de datos y los robos de información para lograr datos confidenciales han crecido también con la pandemia, una gran parte de ese aumento de los ataques se ha debido al modelo de trabajo híbrido que ha repercutido de una forma negativa en la eficiencia de los sistemas de seguridad de las empresas.
Los datos de una encuesta realizada por la empresa de seguridad informática Eset ponen de relieve que el 91% de las empresas han tenido que digitalizar algunos procesos considerados críticos, pero la mitad de ellas no ha realizado ninguna capacitación de ciberseguridad a sus empleados.