La Unión Europea inaugurará su nueva supercomputadora Leonardo, la cuarta más potente del mundo, capaz de hacer 250.000 billones de cálculos por segundo que se utilizarán para predecir y mitigar fenómenos climáticos extremos o desarrollar soluciones médicas y aplicaciones industriales.
Situada en la ciudad italiana de Bolonia, Leonardo es la segunda supercomputadora de gran capacidad de la red europea tras la puesta en marcha de Lumi -tercera en potencia en la clasificación global- en Finlandia en julio pasado y con una inversión de 120 millones de euros.
Desarrollada por un consorcio entre la Comisión Europea, varios países de la Unión Europea y empresas privadas liderado por la francesa Atos en colaboración con el centro de computación italiano CINECA, la supercomputadora será desde este jueves accesible a la comunidad científica y la industria en Europa.
Una parte importante del trabajo se centrará en generar modelos para predecir con mucha más precisión de la actual eventos naturales como tifones, huracanes, tsunamis, terremotos o erupciones volcánicas, lo que a su vez permitirá una mejor gestión de los riesgos.
También se usará con fines médicos, por ejemplo en un proyecto para crear un mapa de las conexiones cerebrales que permita avanzar en la neurociencia, o en otro que busca generar un modelo de cómo funciona el corazón para atajar ciertas anomalías o mejorar dispositivos médicos como los marcapasos.
A ello se suman las aplicaciones industriales, desde el ámbito energético al farmacéutico pasando por la industria del automóvil, hasta la seguridad nacional, ya sea para prevenir ciberataques o mejorar la seguridad de centrales nucleares.
A finales de este año, se contará con dos supercomputadoras de gran capacidad, Lumi y Leonardo, con potencia para procesar más de 100 petaflops por segundo (100.000 billones de operaciones por segundo) y con cinco de mediano rango (hasta 100 petaflops) en Luxemburgo, República Checa, Eslovenia, Bulgaria y Portugal.
En primavera de 2023 se inaugurará una tercera de gran capacidad en Barcelona, el Mare Nostrum, que con una inversión de 150 millones aspira a ser la quinta o sexta más potente del mundo y se centrará en la investigación médica, al tiempo que se pondrán en marcha otras cuatro medianas en Polonia, Irlanda, Hungría y Grecia.
Y a finales de año echará a rodar en Alemania Júpiter, la primera supercomputadora europea a exaescala (capaz de procesar más de 1000 petaflops por segundo), que la Unión Europea confía en situar como la más potente del mundo. Una tarea que se acompañará del despliegue también de computadoras cuánticas.