Marruecos: Digital Act analiza el dinero móvil y la inclusión financiera
Digital Act acaba de publicar su primer documento de política sobre “Dinero móvil e inclusión financiera”, con la contribución de los actores del ecosistema en Marruecos. Y los expertos son unánimes: el año 2020 es el del despegue del dinero móvil en Marruecos.
Todos los ingredientes están en su lugar para este inicio tan esperado: marco regulatorio, soluciones tecnológicas, sistemas de pago, apetito del mercado… El desafío es entonces consolidar los logros para desencadenar una verdadera dinámica y acelerar la inclusión financiera.
El informe de Digital Act recuerda que el dinero móvil es una poderosa herramienta económica para asegurar la inclusión financiera, eliminando las barreras geográficas y de tiempo de un sistema bancario tradicional: “Un teléfono móvil y una red de telecomunicaciones (o internet) son suficientes para realizar transacciones básicas (transferencia de dinero, pago de facturas, gestión de una cartera virtual, etc.) La inclusión financiera es en sí misma un factor importante en la eficiencia económica y la equidad social, dos componentes principales del desarrollo sostenible y que contribuye a Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU”.
En opinión de los expertos, la experiencia del dinero móvil, vivida por varios países, muestra que tan pronto como se implementan la oferta y los servicios financieros, operan sistemáticamente sinergias entre los distintos actores. Porque en definitiva, todos los eslabones de la cadena tienen nuevas oportunidades e intereses comunes. “Este nuevo ecosistema depende del valor agregado de las ofertas, los niveles de tope que marca el Estado, la flexibilidad y agilidad, el desarrollo de nuevos métodos y soluciones de pago, la gestión de los flujos… Pero También habrá que lanzar iniciativas”, dice la misma fuente.
El otro desafío radica en el apoyo popular a través de servicios alternativos a poblaciones hasta ahora excluidas del sistema tradicional. Además de nuevas ofertas y soluciones alternativas, el modelo financiero clásico también requiere más agilidad, capacidad de respuesta y flexibilidad para dirigirse a los clientes de manera diferente. El interés es promover la inclusión y favorecer las condiciones de uso que estimulen la afiliación.
Para ello, la Ley Digital ofrece varias recomendaciones como relajar el marco regulatorio, fortalecer la interoperabilidad o incluso la disponibilidad tecnológica de los servicios a través del intercambio de infraestructura. “Estas palancas deben contribuir de lleno al nuevo modelo económico, que debe basarse en la desintermediación y la disrupción incluso en los servicios públicos y las instituciones estatales”, subraya el informe.
De hecho, es todo un ecosistema en construcción para implementar este modelo económico disruptivo que se supone que acelerará la inclusión social a través del acceso del mayor número a servicios financieros, crédito, microcrédito, seguros, microseguros, ahorros, crowdfunding… Los servicios financieros móviles en particular son un vector fundamental de inclusión y generalización de usos en plazos breves.